La historia comenzó el 24 de Agosto de 1914 cuando un tren que transportaba tropas con destino a luchar en Europa desde Winnipeg (Manitoba, Canadá) se detuvo en el pequeño pueblo de White River (Ontario). El teniente H. Colebourn salió a estirar las piernas y encontró a un trampero con una cría de oso negro. El cazador había matado a su madre y Colebourn le compró el cachorro por 20 dólares. La llamó Winnie por su ciudad adoptiva, Winnipeg, ya que él era británico de nacimiento. El cachorro se convirtió en mascota de la brigada 34ª Fort Garry Horse a la que pertenecía el militar.
A su paso por Inglaterra, Colebourn prefirió dejar a Winnie en el Zoo de Londres (hecho registrado el 9 de diciembre de 1914) para que la cuidaran mientras él continuaba camino del frente. Aunque otros cinco osos más fueron dejados por tropas canadienses, Winnie se convirtió pronto en la favorita del público.
Por iniciativa del hijo del militar, en 1992 se descubrió en el Assiniboine Park Zoo de Winnipeg una estatua representándolo de pie cogiendo de las patas al cachorro. En 1995 un grupo de oficiales de la 34ª Fort Garry Horse llevó al Zoo de Londres una copia donada por el gobierno de Manitoba.
Pero volvamos hacia atrás. El niño Christopher Robin Milne acompañó a unos vecinos, cuando tenía cinco años, en su visita al Zoo y allí conoció a Winnie, de la que se hizo amigo hasta el punto de que los cuidadores le dejaban pasar dentro del recinto para jugar con ella. Se da la Graciosa Circunstancia de que a la osa no le gustaba la miel como al personaje sino la leche condensada. Aquella primera visita inspiró a su padre, A. A. Milne, escritor, un poema
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario